Open Cuba Tuesday, September 2, 2014 La Bronca de las Jabitas Randy Alonso es conocido de los cubanos por ser el que, en la television cubana y en un muy conocido programa muy poco visto, cultiva la desgraciada profesión de adulador oficial del régimen de Cuba, y en especial de su “Decrépito en Jefe”. Entonces era el ‘periodista’ al frente de la “batalla de ideas”. Hace unos días Randy Alonso ha comenzado a conocerse por algo más. Hoy es el periodista de la “batalla de las jabitas”. No, no ‘jebitas’, jabitas: bolsas de polietileno donde cargamos usualmente las compras. No puedo asegurarles si esa tarea se la encomendó el “comandante de las moringas”, o el Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), pero si el ‘director’ de “CubaDebate” escribe indignado algo en un medio oficial, de seguro obtuvo la orientación adecuada de antemano. Nada es fortuito en la “mesa redonda”. ¿No resulta patético que existiendo tantas razones de qué preocuparse en Cuba este ‘batallador’ se preocupe de ‘jabitas’? No se indigna con la situación de la vivienda que ha causado derrumbes, muertes y accidentados, muy recientemente incluso la vida de una adolescente. Pero él vive en un confortable apartamento asignado por su ‘abnegada’ labor como Guataca Oficial en Jefe. No se indigna con la desprotección que tienen los trabajadores ante las corporaciones, hoteles y consorcios extranjeros que explotan al cubano nativo con salarios misérrimos. Pero él vive con la suficiente ‘pasta’ para comprarse una botella de aceite en un mercado en divisas. ¿Cuántos cubanos no lo tienen en sus bolsillos? ¿Se habrá hecho la pregunta Randy Alonso? A esos cubanos no les preocupan la ‘jabita’ de polietileno, les preocupan qué tendrán en la mesa en la noche. Randy Alonso no se indigna con los sin casa, esos que hasta la misma prensa oficial ha tenido que reconocer su existencia – el número debe ser bien alto cuando hasta han tenido que reconocerlo en esa ‘prensa’. Se indigna porque la ‘jabita’ de su pomo de aceite se le ‘escapó’ al vendedor – el estado, el blanco certero de su adulación –, de entre las “1387 millones de bolsas de polietileno” que el Ministerio de Industrias dice se producirían el año pasado. Según él, el doble del año anterior. La prensa cubana tiene la misma enfermedad de aquella Europa del Este: la enfermedad infantil de inflar y crear “dobles” de todo, casas, productos, automóviles, comida, bolsitas de plástico. Sí, Randy Alonso, en Cuba se roban las bolsas de plástico, se roban los medicamentos de los hospitales y farmacias, se roban los alimentos de los hoteles, y las copas, y el copón divino si le dieran resultado en el mercado negro al cubano para sobrevivir. Es un robo, nadie lo justifica. Como también en Cuba se robaron las propiedades a los cubanos, las viviendas, las joyas y artículos personales de muchos que se exiliaban y emigraban del país. Se les robó la libertad, los derechos a circulación en sus propias calles, su propia voz y la posibilidad de elegir su propio destino, y ese robo lo ejecutó y lo ejecuta el vendedor al que sigues muy preocupado por defender: el gobierno cubano. La bronca de las ‘jabitas’ es sólo un accidente fortuito en la cadena de robos que el estado vendedor impulsó con su existencia. Elimínese al ladrón principal, y el resto del latrocinio terminará por desaparecer. ¡Preocúpese por eso!
Monday, September 8, 2014
Open Cuba VIA @JMARLOREN La bronca de las javitas
La bronca de las javitas por Juan Martin Lorenzo
Open Cuba Tuesday, September 2, 2014 La Bronca de las Jabitas Randy Alonso es conocido de los cubanos por ser el que, en la television cubana y en un muy conocido programa muy poco visto, cultiva la desgraciada profesión de adulador oficial del régimen de Cuba, y en especial de su “Decrépito en Jefe”. Entonces era el ‘periodista’ al frente de la “batalla de ideas”. Hace unos días Randy Alonso ha comenzado a conocerse por algo más. Hoy es el periodista de la “batalla de las jabitas”. No, no ‘jebitas’, jabitas: bolsas de polietileno donde cargamos usualmente las compras. No puedo asegurarles si esa tarea se la encomendó el “comandante de las moringas”, o el Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), pero si el ‘director’ de “CubaDebate” escribe indignado algo en un medio oficial, de seguro obtuvo la orientación adecuada de antemano. Nada es fortuito en la “mesa redonda”. ¿No resulta patético que existiendo tantas razones de qué preocuparse en Cuba este ‘batallador’ se preocupe de ‘jabitas’? No se indigna con la situación de la vivienda que ha causado derrumbes, muertes y accidentados, muy recientemente incluso la vida de una adolescente. Pero él vive en un confortable apartamento asignado por su ‘abnegada’ labor como Guataca Oficial en Jefe. No se indigna con la desprotección que tienen los trabajadores ante las corporaciones, hoteles y consorcios extranjeros que explotan al cubano nativo con salarios misérrimos. Pero él vive con la suficiente ‘pasta’ para comprarse una botella de aceite en un mercado en divisas. ¿Cuántos cubanos no lo tienen en sus bolsillos? ¿Se habrá hecho la pregunta Randy Alonso? A esos cubanos no les preocupan la ‘jabita’ de polietileno, les preocupan qué tendrán en la mesa en la noche. Randy Alonso no se indigna con los sin casa, esos que hasta la misma prensa oficial ha tenido que reconocer su existencia – el número debe ser bien alto cuando hasta han tenido que reconocerlo en esa ‘prensa’. Se indigna porque la ‘jabita’ de su pomo de aceite se le ‘escapó’ al vendedor – el estado, el blanco certero de su adulación –, de entre las “1387 millones de bolsas de polietileno” que el Ministerio de Industrias dice se producirían el año pasado. Según él, el doble del año anterior. La prensa cubana tiene la misma enfermedad de aquella Europa del Este: la enfermedad infantil de inflar y crear “dobles” de todo, casas, productos, automóviles, comida, bolsitas de plástico. Sí, Randy Alonso, en Cuba se roban las bolsas de plástico, se roban los medicamentos de los hospitales y farmacias, se roban los alimentos de los hoteles, y las copas, y el copón divino si le dieran resultado en el mercado negro al cubano para sobrevivir. Es un robo, nadie lo justifica. Como también en Cuba se robaron las propiedades a los cubanos, las viviendas, las joyas y artículos personales de muchos que se exiliaban y emigraban del país. Se les robó la libertad, los derechos a circulación en sus propias calles, su propia voz y la posibilidad de elegir su propio destino, y ese robo lo ejecutó y lo ejecuta el vendedor al que sigues muy preocupado por defender: el gobierno cubano. La bronca de las ‘jabitas’ es sólo un accidente fortuito en la cadena de robos que el estado vendedor impulsó con su existencia. Elimínese al ladrón principal, y el resto del latrocinio terminará por desaparecer. ¡Preocúpese por eso!
Open Cuba Tuesday, September 2, 2014 La Bronca de las Jabitas Randy Alonso es conocido de los cubanos por ser el que, en la television cubana y en un muy conocido programa muy poco visto, cultiva la desgraciada profesión de adulador oficial del régimen de Cuba, y en especial de su “Decrépito en Jefe”. Entonces era el ‘periodista’ al frente de la “batalla de ideas”. Hace unos días Randy Alonso ha comenzado a conocerse por algo más. Hoy es el periodista de la “batalla de las jabitas”. No, no ‘jebitas’, jabitas: bolsas de polietileno donde cargamos usualmente las compras. No puedo asegurarles si esa tarea se la encomendó el “comandante de las moringas”, o el Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), pero si el ‘director’ de “CubaDebate” escribe indignado algo en un medio oficial, de seguro obtuvo la orientación adecuada de antemano. Nada es fortuito en la “mesa redonda”. ¿No resulta patético que existiendo tantas razones de qué preocuparse en Cuba este ‘batallador’ se preocupe de ‘jabitas’? No se indigna con la situación de la vivienda que ha causado derrumbes, muertes y accidentados, muy recientemente incluso la vida de una adolescente. Pero él vive en un confortable apartamento asignado por su ‘abnegada’ labor como Guataca Oficial en Jefe. No se indigna con la desprotección que tienen los trabajadores ante las corporaciones, hoteles y consorcios extranjeros que explotan al cubano nativo con salarios misérrimos. Pero él vive con la suficiente ‘pasta’ para comprarse una botella de aceite en un mercado en divisas. ¿Cuántos cubanos no lo tienen en sus bolsillos? ¿Se habrá hecho la pregunta Randy Alonso? A esos cubanos no les preocupan la ‘jabita’ de polietileno, les preocupan qué tendrán en la mesa en la noche. Randy Alonso no se indigna con los sin casa, esos que hasta la misma prensa oficial ha tenido que reconocer su existencia – el número debe ser bien alto cuando hasta han tenido que reconocerlo en esa ‘prensa’. Se indigna porque la ‘jabita’ de su pomo de aceite se le ‘escapó’ al vendedor – el estado, el blanco certero de su adulación –, de entre las “1387 millones de bolsas de polietileno” que el Ministerio de Industrias dice se producirían el año pasado. Según él, el doble del año anterior. La prensa cubana tiene la misma enfermedad de aquella Europa del Este: la enfermedad infantil de inflar y crear “dobles” de todo, casas, productos, automóviles, comida, bolsitas de plástico. Sí, Randy Alonso, en Cuba se roban las bolsas de plástico, se roban los medicamentos de los hospitales y farmacias, se roban los alimentos de los hoteles, y las copas, y el copón divino si le dieran resultado en el mercado negro al cubano para sobrevivir. Es un robo, nadie lo justifica. Como también en Cuba se robaron las propiedades a los cubanos, las viviendas, las joyas y artículos personales de muchos que se exiliaban y emigraban del país. Se les robó la libertad, los derechos a circulación en sus propias calles, su propia voz y la posibilidad de elegir su propio destino, y ese robo lo ejecutó y lo ejecuta el vendedor al que sigues muy preocupado por defender: el gobierno cubano. La bronca de las ‘jabitas’ es sólo un accidente fortuito en la cadena de robos que el estado vendedor impulsó con su existencia. Elimínese al ladrón principal, y el resto del latrocinio terminará por desaparecer. ¡Preocúpese por eso!

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